La
historia de Myanmar comienza -al menos desde que se tiene
noticias- con las invasiones hace más de cua¬tro mil años de
pueblos provenientes de China, Tíbet, Laos y, en menor
medida, India.
Durante la Edad Media y Moderna sucesivas dinastías y
rei¬nos se turnan en el poder, al tiempo que mantienen
intermitentes guerras con chinos, tibetanos y tailandeses,
principalmente.
En la segunda mitad del siglo XIX, la antigua Myanmar entra
a formar parte del Imperio Británico y cambia su
denominación por Burma, o Birmania en español. Los ingleses
se quedarán en Birmania hasta pocos años después de la
Segunda Guerra Mundial, en la que el país sufrió la invasión
de los japoneses.
Desde la independencia, Birmania ha pasado por breves
perí¬odos democráticos, siempre abortados por golpes
militares, el último de los cuales, en 1990, impidió la
llegada al poder de la mujer que había ganado las elecciones
libres por abrumadora mayo¬ría, Aung San Suu Kyi. Hija del
padre de la independencia del país, en 1991 fue laureada con
el Premio Nobel de la Paz, mien¬tras cumplía arresto
domiciliario.
Su puesta en libertad y de nuevo reciente arresto
domici¬liario, con brutales ataques físicos a sus
partidarios por parte de milicias progubernamentales, no
permiten vislumbrar la luz al final del túnel y la
democracia con su libertad de expresión, movimiento y
partidos políticos, está lejos de florecer en la actual
Myanmar.
Al mismo tiempo varias guerrilas tribal es, como los karen,
o de narcotraficantes, en el llamado Triángulo de Oro,
mantie¬nen en jaque al gobierno en sus territorios.
LA
PREHISTORIA
Los
restos arqueológicos hallados en Myanmar ofrecen indi¬cios
de que los primeros pobladores se asentaron en el área hacia
el año 3000 antes de Cristo. Probablemente se trató de
pueblos de etnia mon, que descendieron desde las montañas
del Tíbet y China y se establecieron en el centro del país,
en el Delta de Yangon y en la costa norte.
Pronto intercambiaron relaciones comerciales con los pueblos
más orientales de la India vía marítima y con otros grupos
mon asen¬tados en Tailandia.
LA
EDAD ANTIGUA
Los
pyu. Durante los primeros siglos de nuestra Era se
pro¬dujo una segunda oleada inmigratoria: los pyu, que
fundaron una capital hacia el siglo VII muy cerca de la
actual Pyay (Prome) y otras ciudades de importancia en la
llanura y meseta centrales entre el siglo I y el X, en Sri
Ksetra y Hanlin, principalmente.
Los pyu eran pueblos venidos sobre todo de Asia Central y,
aun¬que parece que eran los más avanzados de toda la oleada
de inva¬sores llegados del norte, nunca llegaron a asentarse
en las zonas del país más ricas por sus cosechas de arroz,
donde realmente brotó la civilización birmana.
Los pyu son los primeros que dejaron testimonios escritos de
su cultura, los cuales se descifraron a partir del hallazgo
de una inscripción en la pagoda Myazedi en pali, mon, pyu y
birmano del año 1113.
El reino pyu tenía una fuerte influencia cultural india,
como casi todas las civilizaciones del Sureste Asiático -la
jemer en Camboya. el reino de Funan en el sur de Camboya y
Vietnam; Sri Vijaya en Sumatra, etcétera- y practicaban el
hinduismo y el budismo en sus dos formas, mahayana y
hinayana. Incluso, se han encontrado este¬las con
inscripciones que revelan un sincretismo de ambas
reli¬giones. Igualmente, las estructuras de sus estupas, con
cúpulas en forma de ojiva, sugieren una influencia de los
templos indios del Estado de Orissa, al igual que los restos
de alguna fortifica¬ción -los cimientos, más bien- y de los
edificios civiles.
El descubrimiento de un gran número de urnas funerarias que
contenían cenizas demuestra que los pyu ya practicaban la
inci¬neración de los muertos, en recipientes de barro a los
que habían pertenecido al pueblo llano y aristocracia y de
piedra a los miembros de las familias reales.
El reino de Pyu estableció contactos comerciales con China a
través de la vecina región de Yunnán. Una embajada enviada
por los chinos a Pyu en los primeros años del siglo IX
reveló que la capital estaba rodeada por una muralla con
varias torres y gran¬des puertas, y había más de cien
monasterios budistas ricamen¬te embellecidos.
Los Mon. Casi en el mismo período, los mon empezaron
a colonizar el sur del Delta del Ayeyarwady y llegaron hasta
Tailandia y Camboya, donde fundaron alguna ciudad
impor¬tante que pudo llegar a ser la capital del reino. En
el siglo VIII
la conquista de grandes territorios por los mon marcó el
comien¬zo de la decadencia del reino Pyu, que se acentuó con
el saqueo de la capital por parte de fuerzas chinas de
Yunnán, que se llevaron miles de prisioneros.
Los mon, pues, eran de origen mongoloide y en principio se
establecieron alrededor del Ayeryawadi, pero al sur del
Reino Pyu. También se convirtieron pronto al budismo y su
primer reino conocido fue el Dvaravati, con capital en
Lopburi (Tailandia), donde se halló la inscripción más
antigua relativa a los mon, en una columna del siglo V. Sin
embargo, los mon casi nunca establecieron un reino unificado,
sino que se dividieron en una serie de pequeños estados,
aunque sí mantuvieron una unidad religiosa y cultural.
Los mon hablaban una lengua similar a la jemer de Camboya ya
la cham de Vietnam.
Al parecer, los monjes que el gran emperador indio Asoka
envió a Birmania para propagar el budismo en el siglo 111
antes de Cristo contactaron sobre todo con las gentes mon.
Los mon alcanzaron un gran nivel artístico, sobre todo en
campos como la escultura, donde una vez más reflejaron una
importante influencia de la India, madre, junto con China,
de casi todas las civilizaciones de esta zona del mundo. Así,
también se han hallado en estelas mon de Tailandia
inscripciones lega¬listas en lengua sánscrita. En cuanto a
la arquitectura, los esca¬sos restos que nos han quedado
indican que utilizaban princi¬palmente el ladrillo.
En el actual territorio birmano las principales capitales de
los reinos mon fueron Thaton y Pegu, la actual Baga. Thaton,
en pleno Golfo de Mottama o Martabán y cerca de Baga, fue la
capi¬tal mon más antigua e importante, así como un puerto
comercial pujante hasta el siglo XI.
La expansión de los imperios jemeres por el sur en el siglo
X supuso el inicio de un rápido declive de la civilización
mon, certi¬ficado con la conquista de Thaton en 1057 por
parte de los birmanos de Pagan.
Los bamar o birmanos. A mediados del siglo IX, un nuevo
pue¬blo invasor, los birmanos, descendió desde las
estribaciones del Himalaya y en pocos años absorbió o se
mezcló con los pyus y mons, gestándose en el centro de la
entonces Myanmar el ger¬ men de la identidad nacional
birmana. La primera referencia escri¬ta a los birmanos (mranma)
se encontró en una estela del año 1190.
Los birmanos se apoderaron de la Llanura Central y más tarde
de las Colinas Chin y el reino Arakán, el actual Rakhine. Su
fusión con los mon les llevó a abandonar el animismo y
acoger el budis¬mo, pero su culto a los espíritus, los nats,
ha sobrevivido con nor¬malidad hasta el mismo día de hoy en
Myanmar, incorporado sin traumas al budismo, como se puede
comprobar en la convivencia de los 37 espíritus con las
imágenes de Buda en las pagadas y hogares.
Desde China llegaron en los siglos inmediatos los shan y los
kachin, mientras que los autóctonos karen también empezaron
a intervenir en las luchas intestinas por el poder en la
zona.
EL
REINO PAGAN
Los
birmanos conocieron su mayor auge durante el reino de Pagan,
la actual Bagan, que pudo ser fundado hacia mediados del
siglo IX a orillas del río Ayeyarwady -aunque la leyenda lo
sitúa en el siglo 11-, ya su alrededor se instituyó en el
año 1044 el primer reino unificado de Birmania bajo el poder
del rey Anawrahta, quien lo ostentó hasta su muerte en el
1077.
El mito, que probablemente tiene mucho de verdad histórica,
habla de Pagan como la unión de diecinueve aldeas que el
monar¬ca fusionó formando una ciudad. Cada pueblo original
rendía plei¬tesía a un nat, y se eligió el que representa al
Cielo en el Monte Popa como deidad principal.
La fusión de la cultura Bagan con la Mon llevó al reino a
una época de fenomenal esplendor, con el florecimiento del
budis¬mo Theravada y la construcción de fantásticas pagodas
y edi¬ficios civiles.
Anawratha desarrolló los sistemas de regadío, con lo que
con¬ virtió amplias zonas del centro del país en un
auténtico granero.
El primer rey birmano conocido conquistó numerosas regiones
y sometió a otras en régimen de vasallaje. El primer rey
birmano conocido venció al monarca mon Manuha y conquistó su
capital, Thaton, en 1057. La leyenda, con visos de realidad,
cuenta que, convertido Anawrahta al budismo, envió una
misión a Thaton para exigir a Manuha algunas tablas
religiosas escritas en pali. Al negar¬se éste, conquistó la
ciudad después de tres meses de asedio. La paradoja de la
historia es que fue un monje enviado previamente por los mon
a Anawrahta, Shin Arahan, el responsable de la con¬versión
al budismo del rey de Pagan.
Con la caída de Thaton, Anawrahta se aseguró el dominio
sobre todo el delta dellrrawady, excepto el área de Pegu (Bago),
donde con mucha probabilidad se refugiaron los mon huidos de
su saqueada capital. Así, Pagán ganó una importantísima
salida al mar, con todas sus repercusiones comerciales.
Además, desde Thaton condujo a Pagán, a lomos de más de
treinta elefantes, no sólo los textos sagrados budistas,
sino tam¬bién cientos o miles de monjes, nobles y artistas y
artesanos mon, que en seguida vertieron su influencia en el
reino birmano.
También la leyenda cuenta que alguna pagoda de las que hoy
se admiran en Bagan fue construida como consuelo para el ex
rey Manuha, prisionero de la corte de Anawrahta.
En seguida, Anawrahta arrasó la ciudad de Pro me (Pyay) y,
presa de su celo religioso, se llevó más reliquias budistas
a Pagan.
Este poderoso rey estuvo a punto de establecer una fuerte
alian¬za militar con la isla de Ceilán, cuyo rey Vijayabahu
Ile pidió ayuda contra una invasión de naves cholas,
procedentes de este flore¬ciente reino del sur de India. Sin
embargo, las tropas de Pagan no llegaron a intervenir, los
cingaleses se las arreglaron para recha¬zar la invasión
ellos solos y el proyecto militar con Pagan se trans¬formó
en un intercambio cultural y religioso, con envíos de
emba¬jadas compuestas en su mayor parte por monjes.
Anawrahta murió en 1077 a consecuencia de un desgraciado
accidente en una cacería y su poderoso reino, bien defendido
por ciudades fortificadas, abarcaba todo el centro de
Birmania -y por el norte hasta Bhamo- hasta el delta del
Irrawady y el Golfo de Martabán, y había absorbido la
cultura y la religión de los venci¬dos mono
A Anawrahta le sucedió primeramente su hijo Sawlu y, en
seguida, su vástago menor Kyanzittha (1084-1112), que
exten¬dió sus dominios más al sur del delta y conquistó la
rebelde Pegu, con la que intentó zanjar más problemas al
contraer matrimo¬nio con una mujer mon de la ciudad. Además,
estableció lazos religiosos y comerciales con el reino de
Ceilán y rechazó una invasión china.
Su Administración se organizó tomando como modelo las de los
reinos hindúes en Camboya, Indonesia o Vietnam, pero la fe
budista siguió consolidándose y el Estado donó grandes
cantida¬des de tierra a los monasterios.
Entre los logros artísticos, parece que el mayor que puede
atri¬buirse a Kyanzittha es la construcción de la pagoda
Ananda, una de las mayores maravillas que hoy puede
admirarse en muy buen estado de conservación en Bagan. El
pago al arquitecto fue su eje¬cución antes de terminar la
obra, quiz.á para que no pudiera hacer otra que rivalizara
en belleza. El rey ordenó también que se ente¬rrara a un
niño vivo en el templo, para que se convirtiera en un nat
guardián del mismo.
Aunque la corte de Pagan era eminentemente budista, el
cere¬monial seguía manteniendo los ritos hinduistas
celebrados por bramanes, al igual que en la mayoría de las
realezas y jeraquías religiosas del Sureste Asiático, en un
interesante y precioso sin¬cretismo que puede apreciarse en
los templos más hermosos de toda la zona, como los de Angkor
en Camboya, Cham en Vietnam o los de Pramaban en Indonesia.
Kyanzittha murió en 1112 y lo sucedió su nieto Alaungsithu,
quien pronto tuvo que enfrentarse a una rebelión en la
franja occidental y costera de Arakán. Alaungsithu debió ser
un rey viajero y visitó Bengala, Chittagong (en la actual
Bangla Desh) y quizá Malasia. También parece que edifició
muchas obras civiles de importancia y que, en definitiva,
fue un buen rey. Pero no debió pensar lo mismo su hijo
Narathu, quien lo asesinó en 1167.
Narathu ordenó construir otra de las grandes maravillas de
Bagan, el templo Dhammayangyi, que pudo ser también el de
mayor tamaño si no hubiera muerto el rey antes de su
terminación, interrumpiéndose la obra.
Durante los siguientes años los sucesivos soberanos de Pagan
fueron perdiendo poder y el reino entró poco a poco en
decaden¬cia, aunque la paz que se mantuvo permitió la
construcción de miles de pagodas que hoy se admiran en Bagan.
A Narathu le sucedió su hijo, Nuratheinhka, que reinó muy
pocos años y en 1173 subió al trono su hermano Narapatisithu,
quien hubo de enfrentarse a una invasión cingalesa en
represalia por el secuestro de una princesa que se
encontraba de viaje de cortesía por Birmania. Pero, al igual
que sucedería siglos más tarde con la Armada Invencible, la
flota de Ceilán fue sorprendida por una tormenta y la
invasión no pudo llevarse a cabo, aunque sí se dieron
saqueos y tomas de prisioneros en las poblaciones coste¬ras
del sur.
Narapatisithu pudo, por fin, reinar en paz y sus dominios se
extendieron hasta Mergui, la actual ciudad de Myeik, en la
costa sur y ya cerca de Tailandia. En 1254 accedió al trono
Narathihapate, quien iba a ser el último descendiente de
Anawrahta en ostentar el poder en Pagan.
Este rey habría de enfrentarse a la amenaza que supuso el
fin de Pagan, los mongoles de Kublai Khan. Tras su anexión
de la región china fronteriza con Birmania de Yunnán, los
descendientes de Gengis Khan exigieron pago de tributos a
Pagan. En respuesta, Narathihapate envió un mensaje amistoso
a Pekín; pero Kublai Khan contraatacó con el envío de una
embajada en la que se exigía el envío de un grupo de
príncipes y ministros quizá para negociar, o quizá, como
debió pensar el rey birmano, para tomarlos como rehe¬nes,
por lo que Narathihapate mandó ejecutar a los miembros
enviados por el emperador mongol.
LA
INVASiÓN DE LOS MONGOLES - LA DINASTíA TOUNG
En
1287 el reino de Pagan cae bajo las hordas tártaras o
mon¬golas de Kublai Khan, que invaden Birmania desde la
región china de Yunnán. Previamente, en 1277 los birmanos
habían atacado el estado vasallo de los mongoles de Kaungai
y éstos enviaron una primera expedición de tártaros que
derrotaron a los pagan eses en una batalla que describió
Marco Polo en Libro de las Maravillas.
Seis años más tarde, las fuerzas de Kublai Khan tomaron
Pagan y el rey Narathihapate huyó a Bassein, la actual
Pathein. Desde allí el rey intentó firmar un acuerdo con los
mongoles que establecería un protectorado chino en Pagan,
pero fue envenenado en 1287 por uno de sus hijos cuando se
dirigía a sellar dicho acuerdo en Pagan. Otro hijo del ex
rey, Kyawswa, subió al trono en Pagan. pero en realidad, más
que un rey títere de los mongo¬les, se convirtió
prácticamente en un gobernador de una provin¬cia del Imperio
Chino.
En los años siguientes el antiguo reino unificado se
desmem¬bra; los shan crean un reino junto con una franja de
tierra tailan¬desa y los mon fundan de nuevo el suyo en el
sur con capital pri¬mero en Martabán y luego en Pegu, cerca
de la actual Yangon. El monarca más sobresaliente de esta
dinastía fue Dhammazedi, que subió al trono en 1472. Este
rey intensificó los contactos con los comerciantes europeos,
impulsó de modo extraordinario el budis¬mo y emprendió la
reconstrucción de la pagoda Shwedagon en Yangon.
En el norte, los shan habían fundado a mediados del siglo
XIV el reino de Ava, cerca de Mandalay.
Myanmar pasó, entonces, por dos siglos de caos y guerras
civi¬les y en el siglo XVI una nueva dinastía, los Toung,
establece un nuevo reino birmano en los alrededores de Pyay
(Prome).
Uno de los reyes de esta dinastía, Tabinshwehti, reunificó
el país en 1535. Seis años más tarde tomaría la región del
Golfo de Martabán y la ciudad de Moulmein (Mawlamyaing) y la
de Dawei. En 1546 fue coronado en Pegu rey de toda Birmania,
pero cinco años más tarde fue asesinado por sus propios
guar¬dias personales.
El tercer monarca toung, Bayinnaung (1551-1581), cuñado de
Tabinshwehti, logró instaurar un estado más o menos
unificado y de cierto poder. Entre 1556 y 1559 arrebató a
los tailandeses la región del norte hasta Bhamo y por el
este hasta Luang Prabang (Laos) y Chiang Mai (Tailandia),
ciudad que seguiría como vasa¬llo de los birmanos hasta
finales del siglo XVIII.
A su muerte, cuando se preparaba para anexionarse Arakán, la
dinastía Toung estaba en su máximo esplendor, pero el reino
comenzó a desmembrarse entre los asentamientos portugueses
costeros, los principados tailandeses del este y los
invasores de la región india de Manipura por el norte.
Con el declive de la dinastía Toung, el siglo XVII supuso
para Myanmar una fragmentación del poder y así, a la subida
al trono de Anankpetlun en 1605, el rey apenas controlaba la
ciudad de Ava, el norte y las regiones shan.
Sin embargo, en los años venideros consiguió recuperar
encla¬ves como Prome, Taungoo y alguna localidad del delta.
Además, entabló relaciones comerciales con los ingleses y
los holandeses; estos últimos establecieron puestos
mercantiles en Syriam (Thanlyin), Pegu y Ava, mientras que
la Compañía Británica de las Indias, motor de la expansión
del Imperio Británico en Asia, se esta¬blecía, a su vez, en
Syriam, Pegu y Bhamo.
El rey Thalun trasladó la capital en 1635 de Pegu a Ava,
cerca de Mandalay, lo que supuso el aislamiento comercial y
diplomáti¬co de la corte birmana.
Desde finales del siglo XVII las tribus montañeras de
diferen¬ tes etnias saquearon frecuentemente la llanura
central del país.
Mientras varias compañías mercantiles británicas, france¬
sas y holandesas se establecían en Syriam, al sur del país,
en 1752 Alaungpaya fundó otra nueva dinastía: la Konbaung.
Alaungpaya conquistó gran parte del territorio de la actual
Myanmar y se enfrentó a los ingleses en la costa y a los
tai¬landeses en su frontera oriental.
El hijo de este rey, Hsinbyushin (1763-1776), destruyó
Ayutthaya, la capital del entonces reino de Siam (Tailandia),
territorio que más tarde perdería su hermano Bodawpaya
LAS
DINASTíAS
PYU.
Existió en la Llanura Central desde los primeros siglos de
nuestra Era. Su primera capital, hasta el siglo V, fue
Beikhtano -cerca de Magwe-, seguida de Hanlin (siglo III-siglo
IX y Thayekhittaya, cerca de Pyay, hasta el siglo X.
MON. Surgida alrededor del delta del Ayeyarwady, para
expandirse por el sur hasta Tailandia y Camboya. Desde los
primeros siglos de la Era Cristiana hasta el X su capital
fue Thaton y hasta el XVI, Hanthawady.
BIRMANA. Aparece a mediados del siglo IX procedente
de las estribaciones del Himalaya. Sus capitales fueron:
Bagan (s. XI-XIV).
Sagaing (s. XIV).
Inwa y Taungoo (s. XIV-XIX).
Prome (Pyay) (Dinastía Toung, s. XVI).
Shwebo (s. XVIII).
Konbaung (s. XVIII-XIX).
Mandalay (s. XIX).
ARAKÁN. Reinó en la costa occidental, en el actual
Rakhine en tres períodos diferentes:
Dhannavati, desde siglos antes de nuestra Era y el siglo IV.
Vesali, desde mediados del siglo IV y mediados del siglo
VIII.
Mrauk U, entre 1430 y 1785.
SHAN. Entre 1364 y 1555, con capital en Ava.
LAS
GUERRAS CON EL IMPERIO BRITÁNICO
A
principios del siglo XIX la provincia de Arakan, fronteriza
con Bengala, inició un movimiento de independencia que
sofocó el cau¬dillo birmano Baha Mandula en territorio del
actual estado indio de Assam, lo que motivó la intervención
de los ingleses y el estallido de la Primera Guerra Anglo-Birmana.
Esta contienda se extendió entre 1824 y 1826 Y facilitó a
los británicos el control de las zonas de Arakan y
Tenasserim, a ambos lados del Delta de Yangon.
En 1852 se produjo la Segunda Guerra Anglo-Birmana y tuvo
como resultado la anexión por parte de los ingleses del
resto del Delta. Por fin, en 1885 Mandalay también caía en
las garras del Imperio Británico, que se apoderaba de todo
el país después de utilizar pretextos basados en falsos
ataques del ejército birmano a sus tropas.
A pesar de que en los años previos a la conquista de
Mandalay los británicos se habían ganado ciertas simpatías
por el orden y la prosperidad que establecieron en sus
territorios del sur, tan pronto como se anexionaron la
ciudad norteña emprendieron una feroz campaña de represión
en la que muchos campesinos y civi¬les en general perdieron
la vida. Además, cientos de pueblos y aldeas fueron
incendiados por el ejército invasor.
LA
ÉPOCA COLONIAL
Con la
conquista de todo el país, Myanmar fue bautizada Birmania
por los invasores y pasó a formar parte de la India
Británica. Las autoridades coloniales importaron miles de
traba¬jadores desde el Subcontinente Indio, los cuales se
establecieron en su mayoría en la zona de Yangon y el delta
y cuyos descen¬dientes pueden verse hoy en la misma
circunscripción.
En 1886 las autoridades británicas trasladaron la capital de
Mandalay a Yangon, que ellos llamaron Rangún.
Sin embargo, los británicos permitieron una cierta autonomía
a todos los estados del país donde la etnia birmana no era
mayo¬ritaria, es decir, los estados tribales.
En los años treinta del siglo XX -al calor del nacionalismo
¡nde¬pendentista indio- empezaron a surgir en Birmania
movimientos anticolonialistas, como la Asociación de Jóvenes
Budistas, y en 1937 los británicos se vieron obligados a
crear una Administración colonial para Burma, como ellos la
llamaban, separada de la India.
LA
SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
En los
años previos al estallido de la Segunda Guerra Mundial,
Birmania se había convertido ya en el principal exportador
mun¬dial de arroz, con tres millones de toneladas anuales.
Al mismo tiempo, del movimiento nacionalista había surgido
el Ejército para la Independencia de Birmania (BIA), que
apoyó la inva¬sión japonesa en 1942.
Ante el avance nipón, las tropas anglo-indias y chinas
hubie¬ron de retirarse con celeridad a sus respectivos
territorios y Japón declaró la independencia de Birmania, al
tiempo que auspiciaba la creación del Ejército Nacional de
Birmania (BNA) bajo el lide¬razgo de Bogyoke Aung San, padre
de la independencia y de la Premio Nobel de la Paz arrestada
muchos años más tarde por el gobierno militar.
Sin embargo, este movimiento se volvió en seguida contra los
japoneses y se transformó en la Liga Antifascista de la
Libertad del Pueblo.
Tal como puede verse en la película Objetivo Birmania,
tropas aliadas se infiltraron tras las líneas enemigas y la
mayoría de los birmanos Xa tiimpatizaba con una derrota del
Imperio del Sol Naciente.