Para
viajar muy sanos por Birmania hay cuatro reglas de oro: no
beber nunca agua que no sea embotellada, no tomar vegeta¬les
crudos ni frutas sin pelar -se puede hacer alguna excepción
en algún restaurante lujoso-, lavarse las manos antes de
comer y protegerse contra la malaria.
También hay que tener cierto cuidado con la leche, pues
puede no estar pasteurizada, pero el yogur es siempre seguro.
La prevención con el agua incluye, naturalmente, al hielo.
Es mejor evitar tomarlo en las bebidas si no se tienen
garantías del establecimiento.
MALARIA. La malaria, causada por un parásito
transmitido por el mosquito anofeles, es endémica en varias
regiones de Myanmar y, en general, en toda esta zona de
Asia, donde causa miles de muertes cada año. De hecho, es la
enfermedad infecciosa que más víctimas causa en el mundo.
Tomad el tratamiento preventivo que os receten en vuestro
consultorio del Insalud (ver el siguiente apartado) y usad
en las noches líquidos repelentes de mosquitos y procurad
llevar mangas y pantalones largos cuando estéis en zonas
rurales donde exista la infección. Así os protegeréis
tam¬bién contra otras enfermedades provocadas por la
picadura de insec¬tos.
El tratamiento profiláctico no evita que los parásitos
entren en la sangre, pero los mata en cuanto empiezan a
desarrollarse, por lo que reduce muchísimo el riesgo de
enfermar, y todavía dismi¬nuye más la gravedad de la
infección, si ésta se manifiesta.
El microbio de la malaria en Birmania presenta ciertas
resis¬tencias, por lo que suele prescribirse Larian, una
medicamento que a muchos sienta muy mal. Si con las primeras
dosis notáis males¬tar: mareos, dolor de estomago, incluso
un poco de inconscien¬cia, acudid de nuevo al consultorio
para que os lo sustituyan por un combinado. Pero no se os
ocurra viajar por este país sin la pro¬filaxis. El microbio
de la malaria en la zona es el falciparum, que puede causar
una de las peores variedades de la enfermedad, como es la
malaria cerebral. Pero observando las precauciones el
ries¬go es mínimo.
Aparte de la prevención médica ya citada, usad en las noches
líquidos repelentes de mosquitos y procurad llevar mangas y
pan¬talones largos. Tampoco está de más que encendáis en
vuestra habitación esas espirales cuyo humo espanta a los
mosquitos y que venden en los mercados.
DIARREA. La mayoría de los viajeros que enferma en
Myanmar sufre diarreas generalmente de poca importancia y
que se pasan en cuanto se someten un par de días a una dieta
de arroz blan¬co, té y yogur. En caso de persistencia,
medicaos con algún anti¬biótico que os haya recomendado un
médico antes de salir, y en casos graves: con fiebre,
fuertes retortijones que duran varios días o aparición de
sangre o mucosidad en las heces, acudid inmediatamente a un
consultorio médico o preguntad en el hotel por un médico. En
las ciudades importantes o localidades turísti¬cas hay
algunos acostumbrados a tratar con las típicas infeccio¬nes
que nos pillamos allí los occidentales.
TIFUS y CÓLERA. Ahora bien, si se ha bebido agua o
comi¬do alimentos crudos en peores condiciones hay riesgo de
infec¬ciones bacterianas y parasitarias de importancia, como
amebas, gardia o tifus. O incluso cólera. Así, la vacuna
contra el tifus -dos tomas en pastillas- es bastante
eficiente, no así la del cólera, que no protege mucho. Para
reconocer la gardiasis y la amebiasis hay que hacerse un
análisis de heces y seguir luego el tratamiento anti¬biótico
recetado.
Para evitar todas estas infecciones intestinales, aparte de
tomar las precauciones con el agua y los alimentos crudos
que ya hemos mencionado, evitad comer almejas, mejillones,
ostras y, en general, moluscos.
DENGUE. Está causado por un virus transmitido también
por los mosquitos, pero, al contrario que la malaria, éstos
actúan sobre todo de día para contagiarlo. Sólo hay una
variedad de la enfer¬medad que puede ser mortal, el dengue
hemorrágico, y no existe vacuna. Afortunadamente, no es una
infección común en Myanmar. Para prevenirlo, evitad las
picaduras de mosquito también de día con repelentes y mangas
largas. Si sospecháis que podéis estar infectados, lo
primero que hay que hacerse es un análisis para des¬cartar
que se trate de malaria y luego seguir el tratamiento que
nos receten.
MAL DE ALTURA. Cuando se hace un trekking hay que
acli¬matarse gradualmente a la altitud, para evitar el
llamado mal de altura, que generalmente se manifiesta con
dolores de cabeza leves, mareo, cansancio y dificultad para
respirar, pero que también puede ser fatal. Hay que tomar
precauciones cuando se alcanzanlos 2.500 metros de altura y
a partir de entonces ascender más lentamente.
Lo mejor es planificar bien las etapas y pasar dos noches en
algún lugar cercano al punto de ascensión que suponga 1.000
metros respecto del día anterior, para ir habituando el
organismo. A partir de los 3.000 metros no conviene ascender
más de 300 cada jornada. En caso de encontrarse realmente
mal, hay que tratar de descender al menos unos 500 metros.
Pero en todo caso, de momento las zonas montañosas más altas
del país están cerradas para los extranjeros, especialmente
la que rodea a la montaña más alta del Sureste Asiático, el
pico Hkakabo Razi (5.889 m), en la frontera con el Tíbet.
HEPATITIS. La hepatitis A, muy común en Myanmar,
puede adquirirse en los alimentos manipulados con las manos
sucias o al beber agua contaminada. La vacuna -en una
primera toma y otra entre seis meses y un año más tarde- es
efectiva prácticamente al1 00% en este caso. En cuanto a la
hepatitis S, también se com¬bate de modo óptimo con la
vacuna, tres inyecciones en un perí¬odo de varios meses. Se
contagia por vía intravenosa o, más difí¬cil, por vía
sexual. Tened en cuenta que para que la vacuna sea efectiva
tenéis que recibir al menos dos dosis en el plazo de un mes.
El modo de transmisión de la hepatitis e es todavía un
miste¬rio, pero se sospecha que es más parecido al de la S
que al con¬tagio de la A. Por desgracia, no hay vacuna
contra esta seria infec¬ción del hígado, y lo mismo decimos
de la E.
TÉTANOS. El tétanos es una enfermedad que todo
viajero debe prevenir, pues tiene consecuencias fatales y su
profilaxis es bien sencilla: una vacuna que hay que repetir
al cabo de un año y luego al cabo de cinco o diez.
SARNA. Esta infección de muy leves consecuencias,
aunque muy molestas, está presente en la ropa de cama de
muchos hote¬les baratos de los países en vías de desarrollo,
por lo que si vais a utilizarlos, llevaos unas sábanas
cosidas o un saco. Si así todo os infectáis, es importante
reconocer en seguida la enfermedad, pues en la mayoría de
los casos se confunde con picaduras de insectos o con una
alergia. Pero los síntomas definitivos son: unas pequeñas
ronchitas que pican mucho sobre todo de noche, que cambian
de lugar en pocas horas y que típicamente algunas se sitúan
en las articulaciones y en las marcas que dejan en el
cuer¬po el cinturón o los elásticos de calcetines y
calzoncillos. Si se deja pasar un tiempo, pronto aparecen
granitos entre los dedos y luego por toda la piel. En cuanto
os deis cuenta del problema, tomad una ducha, lavaos bien y
aplicaos luego una loción de Yacutín -o de un líquido que
compréis en una farmacia para tratar scabíes¬por todo el
cuerpo desde el empeine hasta el cuello (no os toquéis los
ojos, boca ni nariz con la mano impregnada) y poneos ropa
limpia y que hayáis planchado muy bien por dentro, para
eli¬minar con mayor seguridad los huevos que estos ácaros
dejan en los tejidos. Igualmente, debéis usar ropa de cama
limpia. Si tomáis estas medidas estaréis curados en una o
dos aplica¬ciones, pero tened cuidado de no reinfectaros al
usar camisas, calzoncillos o calcetines que no hayáis
desinfectado como hemos indicado.
LAS SERPIENTES. Respecto a las picaduras de
serpien¬tes, hay que decir que no es un problema que afecte
común¬mente al viajero, aunque en Birmania viven algunas de
las más peligrosas del mundo, como la cobra, y también es
uno de los países que presenta una mayor tasa de muertes por
mordedura de serpiente.
Tened cuidado en especial cuando visitéis las ruinas
situa¬das en zonas rurales, como Bagan. Parece fácil evitar
las ser¬pientes si caminamos bien calzados por estas zonas,
ya sean boscosas, rocosas o selváticas, y también debemos
procurar no introducir las manos en matojos o debajo de
piedras sin pre¬cauciones. En el caso de que se produzca una
picadura, no queda más remedio que hacerse un torniquete y
acudir a toda mecha a un consultorio médico.
RABIA. Un riesgo para la salud que no es tan raro que
afecte a los viajeros en Birmania es la mordedura de un
animal que pueda contagiar la rabia, como los perros, gatos,
monos, murciélagos, zorros y otros cánidos. Si os muerde uno
de estos bichos deberéis ir rápido a un hospital, donde os
inyectarán una antirrábica. Es mejor que llevéis vuestra
propia hipodérmica que habréis comprado previamente en una
farmacia que se vea lim¬pia. Y haced lo rápidamente. La
rabia es una enfermedad terri¬ble que no perdona, pero
totalmente curable si se aplica el suero en un tiempo
prudente.
ENFERMEDADES DE TRANSMISiÓN SEXUAL. Myanmar tiene una
alta tasa de población infectada con el virus del VIH, que
causa el SIDA si no se toma medicación, además de que
existen otras muchas enfermedades de transmisión sexual de
bastante prevalencia, por lo que es esencial utilizar
preserva¬tivos si se mantienen relaciones íntimas.
INSOLACiÓN. Por último, tened cuidado en las horas en
las que el sol pega más para evitar los nocivos efectos de
una sobre¬ exposición a sus rayos. Protegeos bien con cremas,
gorros y gafas oscuras, para evitar quemaduras y
deshidrataciones, tanto en playas como en las planicies del
centro del país o en las altas laderas de las montañas.
NEUMONíA ASIÁTICA (SARS). En el momento de redactar
esta guía en Myanmar no se había dado muerte alguna por la
epi¬demia de neumonía asiática originada en China; tampoco
había constancia de que se hubiera producido algún caso de
infección. Por supuesto, enteraos bien de la situación en el
momento de vues¬tro viaje.
CENTROS DE VACUNACiÓN INTERNACIONAL
Podéis
acudir a estos centros del Insalud de vuestra comuni¬dad
para todo tipo de asesoramiento médico antes de vuestro
viaje:
Albacete. CI Dionisio Guardiola, 32. Ph: 967 22 43
62.
Alicante, CI Muelle Poniente, sin. Ph: 96 592 65 88.
Algeciras. P de la Conferencia, sin. Ph: 956 57 32
42.
Almería, CI Marqués de Comillas, 8. ti': 950 01 36
58.
Badajoz, Ronda del Pilar, 22. Ph: 924 21 54 90.
Barcelona, CI Vergara, 12. Ph: 93 30211 56.
Bilbao, Gran Vía, 62. Ph: 94 441 48 00.
Burgos, P Sierra de Atapuerca, 4. Ph: 947 28 01 07.
Cádiz. CI Ciudad de Vigo, s/n. Ph: 956 25 34 37.
Cartagena. CI Pez Volador, 2.8: 968 50 1547.
Castellón. Muelle Serrano Lloberes, sin. ti: 964 28
51 52.
Ceuta. Muelle Cañonero Dato. ti: 956 50 94 41 .
Gerona. Plaza Hospitalet, 5.8: 97218 26 OO.
Gijón, CI Almirante Claudio Alvargonzález, 30. Ph:
985 34 3343.
Huelva. CI Sanlúcar de Barrameda, 7. Ph: 959 24 75
44.
Vigo. Estación Marítima del Puerto. Ph: 986 43 41 33.
Vitoria. Avda. de Santiago, 11. Ph: 945 28 94 33.
Zaragoza. C/ Ramón y Cajal, 68; Ph: 976 71 41 02.
EMERGENCIAS
En
Birmania hay muy pocos hospitales que ofrezcan un servicio
eficaz en caso de un problema de salud grave. Si os
encontráis en tal tesitura, siempre que no necesitéis
tratamiento muy urgente la mejor opción es volar a Bangkok,
Kuala Lumpur o Singapur.
Si hay necesidad de una intervención médica inmediata, el
mejor hospital es el Diplomatic, en Natmauk Road, Yangon,
Ph:550 149. En Mandalay también hay alguna clínica decen¬te.
Si tenéis la mala suerte de enfermar fuera de estas
ciu¬dades, la única posibilidad es ser atendidos en clínicas
mili¬tares, que pueden resolver satisfactoriamente un
problema no muy grave.
FARMACIAS
Es
mejor que llevéis desde España los medicamentos que
nece¬sitéis, pues las farmacias de Birmania no suelen estar
bien surti¬das. Si se os ha olvidado algo al partir, en
vuestra escala previa, tanto en Bangkok como en Kuala Lumpur
o Singapur, podréis encontrarlo sin problema: profilaxis de
la malaria, antibióticos para infecciones estomacales y, por
supuesto, analgésicos, vendas y parafernalia típica de un
botiquín de viajero.